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El Sevilla, gracias al 1-0 logrado por Fernando Llorente y a que el Borrusia Mönchengladbach perdió ante el Manchester City, logró la consolación de engancharse a la Liga Europa, su competición preferida, y dejó al Juventus italiano lleno de decepción al ser desbancado del liderato de grupo.
El Sevilla, gracias al 1-0 logrado por Fernando Llorente y a que el Borrusia Mönchengladbach perdió ante el Manchester City, logró la consolación de engancharse a la Liga Europa, su competición preferida, y dejó al Juventus italiano lleno de decepción al ser desbancado del liderato de grupo.
Un partido que el conjunto turinés dominó casi siempre pero en el que no definió y en el que los sevillistas, de manera agónica, se llevaron gracias a su fe y derroche físico para seguir en Europa en un torneo del que es vigente campeón y es el único que tiene cuatro títulos.
La premisa era clara, el Sevilla tenía que ganar para ser tercero de grupo y que el Borussia Mönchengladbach no pasara del empate en Manchester ante el City,mientras que el Juventus con un empate se aseguraba el primer puesto sin tener que estar pendiente de lo que pasaba en Inglaterra ante la posibilidad de que el conjunto que entrena el chileno Manuel Pellegrini le quitara el liderato.
Los números del equipo 'bianconero' son tremendos después de su irregular comienzo en el 'Calcio' y en el Sánchez Pizjuán, pese a las muchas bajas en su plantilla, presentó a un equipo de garantías, el mismo que le ganó en la anterior jornada de 'Champions' al City en Turín solo con la presencia de Álvaro Morata en lugar del delantero croata Mario Mandzukic, con dolencias físicas.
La escuadra que entrena Massimiliano Allegri mostró su poderío desde el arranque. Bien cerrado con la línea de tres defensas y la barrera de cinco centrocampistas y muy móvil con el balón en su poder.
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